Uno de los problemas más complicados del Home Office es conservar los hábitos de trabajo que teníamos cuando íbamos a la oficina.
Cuando se trata de los riesgos del Home Office más comunes en blogs y sitios de internet, casi todos hablan sobre los daños a la salud. Te dicen como te puedes quedar bizco de tanto ver la pantalla, como las manos se te pueden engarrotar por tanto escribir o manejar el mouse, o una mala posición de la espalda te pueden hacer jorobado, en fin. Todo acerca de la salud al estar mucho tiempo frente a la compu, pero pocos tratan sobre la falta de crecimiento personal que puede ocasionar el abandono de hábitos de trabajo sano. Así las cosas, los mayores riesgos del Home Office podrían no ser caerse frente al teclado de la compu, sino perder o abandonar hábitos que hacían nuestro día a día. Por ejemplo la rutina de bañarse, desayunar y todo el previo que acompañaba el desplazarse a la oficina. Y solo hay que ver como en esta contingencia se han publicado numerosos casos de incidentes en los que alguno de los asistentes a una sesión de Zoom es captado en ropa interior, o incluso sin ella.
Levantarse de la cama a la compu y trabajar en pijama o equivalente, puede desplazar hábitos y sustituirlos por algunos que pueden no ser tan agradables o afectar la eficiencia y con ello la auto estima o el estado emocional, que junto con el aislamiento por la contingencia puede llevar a estados depresivos de diferentes niveles. O simplemente a una comodidad o estado de confort que pueden hacer más difícil la motivación para superarse o buscar nuevos horizontes laborales o retos personales.
Muchas empresas seguirán como están aún cuando la vida vaya regresando a la normalidad, así que será bueno tener en cuenta conservar o crear nuevos hábitos que hagan del Home Office un lugar real de trabajo y no unas vacaciones en casa a la vez que trabajas.
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